¿Quién no va a sonreír al ver a un oso perezoso esquiar mientras bebe cerveza?, ¿Al ver a un hombre mayor rogándole a su esposa que le compre unos dulces? ¿O al ver a un esquimal tratando de broncearse los tobillos? A todos nos gusta la publicidad, pero no me refiero a los Pop-Ups o ventanas emergentes que nos aseguran ver un video que mejorará nuestras habilidades sexuales en dos semanas; y creo que hablo por parte de todos los publicistas cuando afirmo que esas fastidiosas ventanas emergentes, NO es publicidad. Tampoco me refiero a la publicidad meramente informal y aburrida. Me refiero precisamente a la publicidad bien hecha, a la que se produce luego de un enorme proceso creativo y de pasar decenas de filtros para finalmente aparecer frente a nuestros ojos. A la publicidad divertida y efectiva. He ahí la esencia de la publicidad, comunicar de manera creativa y nunca antes vista beneficios, productos o simplemente marcas que desean acercarse a las personas. Sin dejar de lado que estas campañas deben cumplir con unos objetivos de mercadeo y obtener resultados significativos. La verdad es que la publicidad nos alegra el día a todos, nos distrae de nuestros problemas y nos saca de nuestras rutinas aunque sea por unos instantes. La publicidad debe ser vista como una amiga de las personas, alguien cercano a ellos. Esperando que llegue el momento en el que las personas quieran tanto a las marcas que llamen a sus amigos y familiares a contarles cada vez que la sientan cerca (bueno, un poco exagerado, pero se entiende el punto). A fin de cuentas la publicidad está hecha para ser disfrutada. Las campañas tienen ese importante contraste, está la parte divertida y fuera de lo común que capta nuestra atención con sus imágenes e ideas entretenidas y la parte aburrida pero necesaria que nos comunica la razón de la publicidad, el porqué del comercial, cuña o gráfica. El problema nace cuando ese equilibrio se rompe para el lado aburrido, dando origen a la publicidad lineal, simple y paisaje. Por otro lado si se desequilibra al lado de lo divertido y gracioso, se deja de lado que la publicidad es una herramienta del mercadeo, y que esta debe cumplir con algunos objetivos impuestos por el cliente. Un interesante ejercicio que puede hacer cada uno en su casa u oficina para apreciar la publicidad, es detallar los comerciales que más les llame la atención, entender el propósito de la marca y la forma en la que expresa y comunica la información. De esta manera se tendrá acceso directo al proceso creativo que hubo detrás del comercial. Y finalmente, si les divierte ver publicidad, véanla, así de simple. Imagen cortesía de iStock
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