Con la llegada de los dispositivos móviles, la audiencia sufrió una transformación total en cuanto a su consumo de contenidos. La TV, radio y medios impresos comenzaron a competir con celulares y tabletas y, al día de hoy, es más fácil ver cómo la gente se sumerge en sus pantallas y cada vez menos en papel. Obvio, los anunciantes, marcas y agencias abrazamos esta tendencia, y ahí vamos, a seguir al consumidor a donde fuera, sólo que ahora lo llamábamos “marketing digital”, “viral”, “CPM”, “SEO”, “CTR”, entre demás siglas. Y entonces llegaron las redes sociales… Y que surgen “expertos”, “gurús” de lo digital que comienzan a “educar” a todo el mundo sobre cómo hacer que tu campaña sea vista por millones de personas en todo el mundo; que tu pieza sea compartida y reciba miles de “likes” en Facebook; que seas TT y que te llamen como jurado en un festival de creatividad. Pues bien. De eso ya pasaron muchos años y, al día de hoy, parece que no hemos aprendido absolutamente nada, pues los ejemplos de cómo no se deben hacer las cosas en social media sobran. 1.- Súbete bien al tren del hype. Por lo regular, siempre hay un tema trascendental cada semana, el cual rige la conversación en el 90 por ciento de los perfiles en todas las redes sociales y medios. Por ello, las marcas se apresuran a subirse al tren de la manera que sea, con resultados lamentables. Algunos de ellos están más forzados que la pelea entre Batman Vs Supermán; otros, de plano, se meten en camisa de once varas al cruzar la línea entre el respeto y el sentido común. Historias lamentables tenemos muchas que contar. 2.- No tienes a un director creativo… ¿Verdad? Por la calidad de los copys y el poco esfuerzo en el diseño, quiero pensar que la agencia (o marca) encargada de publicar sus “memes” en redes sociales carecen de la revisión de un director creativo, quien es el responsable de que el copy, el gráfico y todo lo que se vea en la imagen tenga sentido. Hoy todo se llama Generación de Contenidos, el usuario o consumidor es lo que busca. 3.- El nepotismo será tu fin. Poner como el responsable de tus redes sociales corporativas a tu sobrino, nomás por que tiene más de 500 seguidores en Facebook y le gusta ver videos en YouTube y sabe “taguear” a los twitstars es el peor error que puedes cometer. Tu perfil empresarial en redes sociales es una embajada de tu marca y, como tal, debe reflejar la calidad de tu producto y/o servicio que has hecho crecer durante años. ¿No me crees? En Google puedes encontrar muchos casos, lamentablemente causados por personas sin pericia (y por las faltas de ortografía, parecería que jamás cursaron la primaria). 4.- Evita el plagio Gracias al internet, sabemos con mayor prontitud qué es lo que ocurre del otro lado del mundo. ¿Acaso crees que nadie se dará cuenta que decidiste “copiar, editar y pegar” la foto de una marca ¨X¨ y que la adaptaste a tu conveniencia? Una cosa es hacer un homenaje a una gran campaña y otra muy diferente es robarte una idea y presentarla como propia. 5.- Responde A veces son dudas, otras son quejas o simplemente comentarios lo que recibe un perfil empresarial. A tu community manager le pagas un salario para que te genere contenidos, cheque las métricas y sume al negocio. Pues cuando no responde a las dudas, comentarios, quejas – ni con un simple “like” – no cumple con su trabajo. ¿Para qué quieres tener un perfil público en una red social si no piensas ser social? La respuesta debe ser pronta, adecuada, educada y nunca a la defensiva. Recuerda, es tu embajada virtual y la puede ver todo el mundo. Si. Todo el mundo. @FerFamania Imagen cortesía de iStock
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