Sé muy bien que hace ya un año desde que pudimos ver la joya de Pixar llamada «Intensamente», la cual para mi gusto es una de las mejores películas animadas que he visto. No es una coincidencia que hoy comience mi artículo abriendo con esta referencia cinematográfica, de la cual estoy seguro que la mayoría de los que están leyendo este artículo ya la disfrutaron y saben muy bien de qué les hablo. Estaba pensando cómo sería la mente de un publicista y de qué manera podríamos ver interactuar a sus emociones cuando se trata de crear una campaña creativa; este es el resultado: -Estás sentado en una recepción grande con tu equipo creativo, en tus manos se encuentra un papel que repasas una y otra vez, las manos te están sudando y tu mente trabaja en conceptos de alto impacto para tu cliente potencial, entonces sale una persona y les informa que la junta va retrasada por 30 min, entra tu 1er sentimiento en juego, el desagrado se hace presente con la informalidad del cliente y el tiempo que debe extenderse la reunión, no logras concentrarte porque sabes que requieres conseguir esa cuenta para tu agencia, confías en tu idea, después confías nuevamente en las otras 50 que desechaste antes y te preguntas por qué no elegiste ninguna otra. Pasan 15 min, el reloj camina lentamente y te levantas, caminas y piensas en voz baja como hace mucho no lo hacías, estás disfrutando sentirte bajo un reto que pone a prueba tus capacidades profesionales, de pronto se escuchan voces, estás seguro que vienen por tu equipo para hacer el pitch, es momento demostrar quién eres y por qué decidiste trabajar en la Publicidad, cuando de pronto oyes una voz familiar y te entra un miedo repentino, te hace sentarte de golpe al ver como de la puerta sale la mejor agencia del país que acaba de presentar su idea y por supuesto que tú no sabías nada, te habían invitado con 2 agencias “medianas” para luchar por esta cuenta, te sientes perdedor, no crees que es posible ganarle a los mejores, ya viste el fin de un gran sueño que se queda en manos de alguien más. Pasan a tu lado tus competidores y te sientes muy molesto porque no sabías que habían engañado a tu agencia, el equipo creativo voltea a verte, no sabe qué hacer, están consumiendo tu miedo mientras tú pasas al coraje puro; te indican que en 5 minutos los recibirán, tú sientes que es una burla y una falta de respeto porque llevas meses trabajando en esto, decides levantarte y sales de la sala. La frustración es notable pero no puedes permitirte que los demás lo vean, el miedo llega súbitamente porque sabes los recursos que se invirtieron, las horas que tardaron creando una idea tras otra; el equipo te está esperando y lo único que se te ocurre es correr hacia el baño para mojarte la cara, te miras al espejo y te preguntas por qué es que haces esto ¿de verdad vale la pena dejar de comer, de dormir, renunciar a muchos fines de semana? Entonces te afrontas y sientes algo muy diferente dentro, es una pequeña voz que te dice una y otra vez que para eso naciste, se está convirtiendo en un impulso que te hace sonreír, es parte de ti, algo que no puedes explicar pero te hace sentir confianza en ti mismo. Tocan la puerta, es una voz que te dice que es tu momento y te pregunta ¿estás listo para hacerlo?
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