Una vez escuché a alguien decir que si trabajabas en una agencia de publicidad y no habías visto Mad Men, no eras un publicista de verdad. En las agencias se escuchan estupideces todos los días, pero ésta sin duda entró a mi top cinco. Lo que sí es cierto es que si no has visto la serie, te costará agarrar el hilo de esta columna. Así que para darles un adelanto, les cuento el tema: ejecutivas de cuenta.
La serie gira alrededor de la desordenada vida de Don Draper. Un director creativo genial, guapo, cotizado y con serios problemas de infidelidad y alcoholismo. A mi parecer, los únicos más talentosos que el personaje fueron los guionistas, quienes lograron que durante siete temporadas, sintiéramos compasión y una culposa admiración por este despreciable tipo.
Si sos creativo, seguro después de cada episodio llegabas a la agencia convencido de ser el Draper del siglo XXI, pero la verdad es que ser guapo y cabrón es un lujo reservado para la televisión. Sin embargo, a pesar de que Don se llevaba los focos casi siempre, también habían otros personajes que nos dejaban enseñanzas que sí eran aplicables en la vida real. Uno de ellos era Peter Campbell, un ejecutivo de cuentas que gracias a su viveza, llegó a convertirse en socio de la agencia. El tipo era un verdadero cabrón –en el buen y en el mal sentido–. Capaz de pasar encima de cualquier persona con tal de lograr su cometido; el verdadero rey de las culebras. Pero a pesar de sus malas jugadas, era un ejecutivo a toda madre. Alguien que entendía el negocio, que asesoraba al cliente, que defendía las ideas de la agencia y que generaba new business como animal. Encima, la esposa era preciosa, así que tenia todo para ser el más odiado de la historia.
¿Dónde quedaron ese tipo de ejecutivos? ¿Dónde están los ejecutivos apasionados por la publicidad? Los que sabían distinguir entre una buena idea y una mediocre, entre una propuesta con insight y concepto, y otra hecha para complacer las exigencias del cliente. Por favor alguien dígame donde están los ejecutivos que disfrutaban de una buena idea tanto como el creativo. Los que entendían que su trabajo es asesorar al cliente y guiar a su equipo en la agencia. ¿Dónde están los Campbell? Alguien dígame a qué chingado lugar se fueron los ejecutivos que sabían que el negocio no es hacer lo que dice el cliente, sino debatirle sus decisiones para juntos llegar a la mejor solución para su marca. Creo que se desaparecieron del mapa, o al menos yo no he tenido la dicha de trabajar con alguno de ellos.
Con lo que sí me he topado es con ejecutivos forward, esos que reciben un correo y se lo reenvían a los creativos, sin siquiera tomarse el tiempo de redactarlo de forma más clara o por lo menos darles algún punto de arranque. Me he topado también con los ejecutivos asistente, esos que pretenden asegurar su puesto, diciendo que sí a todas las exigencias del cliente, y creando así, un monstruo que mira a todos en la agencia como sus esclavos.
No me mal interpreten, no pretendo endiosar a los creativos. Sé que trabajar con divas que creen ser el próximo David Droga es complicado, pero también creo que si todos entendiéramos bien cual es el objetivo de este negocio, haríamos que los clientes nos vieran como una inversión indispensable y no como un grupo de chimpancés a los que les pagan para cumplir sus más locas expectativas.
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