Hace no mucho estuve en una reunión donde aparentemente todo salió bien. Los mensajes se dieron, todo parecía indicar que se habían entendido esos mensajes, que se habían establecido acuerdos y que se había logrado el compromiso por parte de los participantes. ¡Gran equivocación! Con el pasar del tiempo me di cuenta que una persona de esa reunión en realidad nunca estuvo de acuerdo y mucho menos se comprometió con lo expuesto y por si fuera poco además estuvo hablando mal de la reunión entre sus compañeros y subordinados que no asistieron a la reunión. Estoy seguro que todos hemos convivido con alguien así, parece mentira pero cada área tiene el suyo. Y lo más grave de estas personas es que sabotean el bienestar del equipo y de los proyectos del área además de que pueden lograr que un proyecto o esfuerzo fracase. Ahora bien, tenemos formas de identificar a estas personas y de minimizar el daño que hacen a la organización. Comparten algunas características que veremos a continuación. No respetan los acuerdos. Dicen una cosa y en realidad hacen otra. Como la persona de la que les comentaba en un inicio. Fue a la junta, se lograron acuerdos y cuando comenta la información con sus subalternos es que dice que no le quedó más remedio que aceptarlo pero que en realidad no lo hará. Sus participaciones son después de las reuniones formales. Cuando es momento de bajar la información a su equipo ahora sí opina y además, difiere ¿Por qué no lo hizo desde la reunión principal? Gustan de decir “eso no me toca a mí”. En un proyecto en el que trabajé hace poco fui a preguntar algo a una persona que sabía que podía ayudarme pero que ya no formaba parte del área a la que en realidad estaba buscando. Esta persona conocía la respuesta pero como popularmente se dice “quiso evitar la fatiga” de contestarme y simplemente me dijo “la gente del área no está aquí, debieras buscarlos cuando regresen, yo ya no pertenezco a esa área”. ¿Qué le pasa? ¿Dónde quedó ese espíritu de ayuda, de hacer que las cosas sucedan, del trabajo en equipo? Y lo peor de todo es que es una respuesta muy común en muchos sitios, tanto al interior de las empresas impactando procesos como en tiendas de consumo o empresas proveedoras de servicios. Les encanta alardear de su experiencia como si fuera lo único importante. Si bien es cierto que la experiencia nos ayuda a resolver situaciones donde no tenemos mucho conocimiento, tampoco es lo único. No obtenemos resultados a través de la experiencia sino a través de las acciones y de las actitudes. No podemos vivir de momentos de gloria pasados, hay que arremangarse y hacer que las cosas sucedan, algo que no he visto que suceda mucho en algunas industrias. Aman el chisme. Y cuando digo aman no estoy exagerando. Casi se vuelve su forma de vida dentro de la empresa. Es impresionante pero hay personas que cuando se enteran de alguna información no dudan en compartirlo a diestra y siniestra. Claramente el radio pasillo es su mejor forma de comunicación y también de interacción con el resto de la organización. No asumen su responsabilidad. Cuando algo sale bien es porque él o ella estuvieron involucrados, pero no salga algo mal porque si no la culpa es de alguien más. Atacan a quien lo hace bien. Parte de su inseguridad y/o miedo los lleva a atacar a quien está haciendo bien las cosas, logrando resultados y alcanzando e incluso excediendo las expectativas. Y es la forma en la que manipulan a los demás a hacer lo que ellos consideren adecuado y de mantener controlado al equipo. Lo mejor sería que pudiéramos prescindir de estas personas pero hay ocasiones en que no es posible por lo que necesitamos aprender a lidiar con ellas. Algunos consejos: Buscar la forma de confrontarlos y tener documentadas esas reuniones. Comunicar la información y las decisiones a su equipo de manera inmediata y uno mismo. De esta manera no tendrá oportunidad de distorsionar la información y tendrá que cumplir con los acuerdos a los que se comprometió. Establecer diagramas y minutas con actividades y responsables de manera que sea muy claro para todos lo que cada quien tiene que hacer y cuándo se espera el resultado. Estas minutas deben de compartirse a todos los involucrados con el objetivo de que tengamos una sola versión de la situación y pueda darse seguimiento deslindando responsabilidades. Realizar reuniones periódicas con su equipo a fin de conocer el clima laboral y que la gente pueda sentirse tomada en cuenta. De esta manera lograremos cerrar la brecha con sus colaboradores incrementando su nivel de confianza y a su vez creando aliados. En fin, soluciones hay muchas y muy variadas. Todo dependerá de la gravedad del asunto y de que tan dispuestos estemos a sufrir las consecuencias de seguirlos conservando.
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