Cada una de las palabras incluidas en nuestro idioma tiene un valor que alguien agregó a la necesidad de nombrar o comunicar algo a otra persona. Una frase bien estructurada puede vender, herir, salvar millones de vidas o simplemente iniciar una guerra, pero una frase mal redactada siempre generará respuestas negativas, la más común es el rechazo o la indiferencia. ¿Pero por qué? ¿Por qué odiamos las frases mal escritas incluso cuando no sabemos escribirlas? En mi búsqueda por entender qué es lo que nos hace decidir comprar, aceptar o preferir algo, me he encontrado con respuestas inéditas que a simple vista no tienen en cuenta los millones de conceptos y frases que acompañan una publicidad, pero ¿qué sería de las publicaciones sin ellas? Son necesarias, pero el cerebro las procesa tan rápido que a la final, depende de la publicidad, nos acordamos o no del mensaje. Las palabras están pero no se ven, se comportan como fantasmas que si hacen falta, agregan un vacío inexplicable, inentendible y muchas veces intolerable para cualquier ser humano. Si bien, la mejor forma de comunicación es el lenguaje, la gráfica, los gestos, los colores, olores y sabores también comunican. Hay incluso sentimientos que no se pueden describir con palabras, pero que muchas veces con solo miradas dicen eso que las palabras no pueden, pero que tratamos de traducir para que los demás entiendan qué es sentir dolor, amor, tristeza, traición o incertidumbre. Cuando crecemos aprendemos a usar las palabras más comunes de nuestro entorno, nos desenvolvemos mejor con aquellos que nos muestran algo que conocemos y que nos hace sentir en casa, así vivamos en diferentes culturas o países. En mi opinión las palabras son todo, son suspiros, son la tinta indeleble que apuñala o enamora, son la prueba de que la evolución ha marcado un hito en la historia, son la definición de la supervivencia. Por eso cada uno de nosotros es dueño de una palabra que nos envuelve y nos saborea en todos sus sentidos, cada cultura incluso tiene una, así sea la más común y diferente, esa palabra dice mucho de su gente. ¿Cuál es la tuya? Compártela conmigo en Twitter @ani_mustaine J ¡Feliz martes de palabras!
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