La intuición, bien entrenada, nos hace capaces de elegir acertadamente, de prever efectivamente y de pensar integralmente; la intuición es una gran herramienta mental para acceder a esos conocimientos a lo que, por simple serendipia, podríamos llegar, es un instrumento para hacernos más ágiles y para construir procesos de manera veloz; sin embargo, la intuición está subvalorada en la actualidad, se la compara con la superstición y con esto se la anula como una forma válida de pensamiento, de activación de la imaginación y como proceso relevante en el aprendizaje. Un marketero, comunicador, gerente, emprendedor, publicista, diseñador, un creativo, incapaz de intuir sistemáticamente es un ser incompleto; la creatividad usa un altísimo grado de intuición, la mayoría de los personajes exitosos deben sus logros a la intuición, a esa capacidad para referenciar rápidamente lo pasado con lo presente, para resolver en base al “sentido común”, por esto es importante aprender a usar nuestra intuición, lo que en cinco sencillos pasos demostraremos se puede lograr. Limpie su vocabulario de sinónimos. Tener claridad conceptual es el primer paso para desarrollar nuestra intuición, y la claridad conceptual pasa por construir fronteras lingüisticas precisas, comprender que muchas veces dos palabras no quieren decir lo mismo, no se refieren a lo mismo; tómese el tiempo necesario para descubrir la dimensión interior de la palabra, su propósito, archive conceptos y téngalos muy bien definidos, pues con un repertorio más amplio de palabras el mundo comienza a tener significados más precisos y útiles. Genere conceptos nuevos. El idioma que usamos es una gran limitante cognitiva; en alemán, por ejemplo, existe una palabra para describir la alegría que se siente por la desdicha de otro: es schadenfreude; cuando se tiene un concepto preciso para identificar emociones, actitudes, situaciones y otros elementos del contexto se ha ganado un importante avance contra el idioma; la intuición requiere de su máxima alerta mental, de que sepa reconocer aquello que es inefable y de que sepa definirlo apropiadamente, se trata de una contemplación activa. Cultive la memoria. Al ser la intuición la acumulación de conocimientos en el inconsciente uno de los pasos más importantes para desarrollarla es garantizar que toda experiencia o vivencia permanezca; busque métodos útiles para lograr que su memoria siempre pueda estar ordenada, no se trata de recordar intencionalmente, se trata de aprender a acceder a los recuerdos sistemáticamente, de modo que no se incurra en la memoria selectiva, sino en una memoria disponible y libre, lo más que se pueda, de prejuicios. Reconozca su instinto. Una intuición desarrollada que trabaja en conjunto con un instinto consciente produce inteligencia reactiva, es decir, capacidad para reaccionar inteligentemente, esto da gran velocidad de resolución de conflictos o gran poder sobre situaciones complejas para actuar estratégicamente. Anticipe el futuro. Decía Peter Drucker que la mejor manera de predecir el futuro era creándolo; pues no estaba equivocado, el padre de la gerencia estaba aludiendo al poder que tiene la intuición desarrollada; la de generar nuevas posibilidades a partir de las ideas; imagine con frecuencia, cree universos alternos, sumérjase en los “que tal si”, sume posibilidades y expanda escenarios sobre la base de un contexto particular, no mire un solo lado del cubo, rodéelo totalmente, deslastrese de su ángulo las veces que sea necesario y cuando esté limitado, entonces abstráigase, no le incomode construir escenarios que parezcan ficción: a veces la realidad va a superar a esta. Imagen cortesía de iStock
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