Contrario a lo que algunos de nuestros amigos y familiares creen –y no se atreven a decirnos–, la verdad es que no, crear contenido para nuestras marcas no es fácil. Bueno, al menos tratar de hacerlo bien, no lo es.
La cosa se nos complicó bastante desde hace un par de años. Los activos digitales obligaron a las marcas a redefinir su forma de pensar, actuar y hablar; y las empujaron a la difícil posición de tener que competir, más que en contra de otras marcas, contra millones de personas.
Sí, personas, porque hoy no solo debemos lograr que nuestras marcas sean relevantes frente a otras marcas, también debemos conseguir que sean más relevantes que los amigos y familiares de las personas que por alguna razón, decidieron seguirlas. Y siendo sinceros, lograr que una marca resalte por sobre la gente que su target quiere –o finge querer– raya lo imposible.
Pero como todo en la vida, siempre hay una forma más sencilla de lograr algunos likes y shares sin esforzarte tanto: robando contenido. Sí, no se hagan los ingenuos, sin temor a equivocarme les digo que casi todos los que se dedican a esto lo han hecho. Yo lo he hecho, y les puedo asegurar que todas las personas con las que he trabajado lo han hecho también. Me refiero a tomar algún meme, alguna frase o algún chiste medio bueno que te topaste en algún rincón de la red, y utilizarlo como contenido para tu marca. Si tienes un poco de dignidad, haces el esfuerzo de rediseñarlo, ponerlo más bonito y luego, de forma descarada, le zampas el logo de la marca en una esquina. Como si la idea hubiera sido tuya. Algunos por lo menos tienen la habilidad de robar contenido que se adapta a la estrategia de su marca, como un restaurante mexicano acá en Guatemala, que hace unos días compartió el meme de “Pollo con mole”, donde sale La Mole sentada en un pollito. Sí, es chistoso, la gente se río y algunos lo compartieron. Pero para eso no necesitas contratar a un “profesional”. Para eso bastaría con poner a tu sobrino a sondear las redes y buscar cosas bonitas para tu marca.
Haciendo esto seguro logramos engañar al cliente y de paso lo hacemos pensar que somos súper creativos. Engañamos también a un par de usuarios que nos siguen, pero a ti, a tu equipo y a tu portafolio, no los engañas nunca. Por eso decía al principio que nuestro trabajo es tan complicado, porque vivimos en un mundo donde cada segundo se comparten miles de nuevos posts, y dentro de ese interminable mar lleno de gatitos, comida y bebés, tenemos el reto de crear algo original que logre resaltar.
¿Se imaginan si a una marca se le hubiera ocurrido compartir recetas express antes que a Buzzfeed? Hasta hoy todos en el medio seguiríamos hablando de los genios atrás de esa idea. Pero la realidad es otra, la realidad es que las marcas vieron el éxito de estos videos, y poco a poco se han ido sumando una tras otra a la moda de las recetas, hasta el punto que hoy, las redes sociales están inundadas de ellas. Sí, los primeros en haber visto el éxito y replicarlo en sus marcas tienen cierto mérito, pero ni de cerca tan grande como los que empezaron la tendencia. Lo peor de todo es que aún no he visto a ninguna marca hacerlo mejor que la compañía de entretenimiento social.
Supongo que mi punto es que si queremos que nuestra familia, nuestros amigos y la gente en general valore nuestro trabajo, tenemos que empezar por hacerlo nosotros de primero.
No parece, pero somos personas afortunadas. Son pocos los que tienen la dicha de empezar cada día con una hoja en blanco.
Imagen cortesía de iStock
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