Estoy harto de los numerosos artículos que defienden que un creativo es como un niño porque es curioso, tiene la capacidad de sorprenderse muy fácil y bla bla bla… no digo que esto no sea cierto, digo que está gastado. Un creativo es un híbrido de mil cosas, en mi opinión es mucho más que un niño, es adolescente, adulto y anciano todos los días de su vida, sí, somos todo eso. Un creativo es adolescente, es caprichoso, irreverente, se quiere comer el mundo entero, quiere vivir nuevas experiencias, quiere ver hasta dónde puede llegar, piensa en contra de todo, no está conforme con nada, viste como se le da la gana y casi nunca duerme, solo quiere vivir y llenarse de aventuras. Un creativo es un adulto, porque toma decisiones, soluciona lo que venga de la manera más rápida posible, tiene responsabilidades, cuentas que pagar y un trabajo por el cual responder, el adulto creativo tiene el criterio para elegir la idea correcta y trabajar sobre ella, es consciente que hay un presupuesto, hay resultados que demostrar, que esto también es un trabajo y un negocio. Un creativo es un anciano, porque lo sabe todo y lo que no sabe se lo inventa, tiene mil historias que contar, cada una mejor que la anterior y no olvida ningún detalle, porque no hay nada más rico que hablar con uno de ellos, porque siempre habrá tema de conversación. Algunos dicen que los creativos no tienen edad, yo digo que sí, solo que no siempre es la misma, por eso creativo, si te preguntan cuántos años tienes contesta: a veces tengo 7, a veces tengo 30. Imagen cortesía de iStock
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