Cada año en las aulas los aspirantes a publicitarios aprenden que la comunicación interna es vital para las organizaciones y empresas. Y, de hecho, eso es lo que tratamos de hacer interiorizar a nuestros clientes. Sin embargo, como dice el refrán, “en casa de herrero cuchara de palo”, es decir: en las empresas de publicidad, esta faceta de la comunicación es prácticamente inexistente. Esta situación me hace plantearme una pregunta aparentemente sencilla: ¿realmente conocemos los publicitarios la importancia de ésta? Yo creo que no, y si la conocemos, creemos en ella lo mismo que en un “cuento chino”. En la mayoría de empresas de comunicación que he conocido, no solo no había un departamento de comunicación interna o recursos humanos, sino que los componentes de la empresa parecían no darle importancia, ya que se producían continuos malentendidos y pequeñas trifulcas entre los diferentes equipos e incluso dentro de un mismo equipo. En muchas ocasiones creo que estas situaciones se producían por mero desconocimiento: un equipo podía no conocer la carga de trabajo de otro, y por ello estar presionándole para que se diese más prisa o para que se responsabilizase de nuevos proyectos. Esto produce tensión en ambos equipos y finalmente saltan chispas y se ocasiona el drama. ¿El resultado? Discusiones innecesarias que, no solo interrumpen el trabajo mientras duran, sino que además merman la productividad del equipo horas después de que éstas hayan pasado. La creatividad es una de las piezas clave para la mayoría de empresas de comunicación, ¿realmente se puede ser creativo estando enfadado, triste o incomodo en tu lugar de trabajo? Rotundamente no, con todas las horas que los publicitarios trabajamos la agencia se convierte en una segunda casa, y ¿acaso tu casa no tiene que ser tu refugio, tu castillo infranqueable para los dragones y otros monstruos? Trabajar bajo estas circunstancias puede ser algo tedioso y motivo de los más grandes y peores bloqueos creativos de la historia de la publicidad. Y no solo creativos son los bloqueos, sino que también existen los bloqueos productivos, que te impiden desempeñar tus funciones con normalidad, dificultándote incluso la lectura de un texto cotidiano. La falta de comunicación interna, además de malentendidos, genera incomodidad, impotencia y nerviosismo entre los componentes de la agencia. Esto hace que el sentimiento de pertenencia hacia la empresa decaiga siendo prácticamente nulo y, por tanto, el compromiso con la misma se disipa. No es lo mismo contar con trabajadores que sienten la empresa como una segunda casa y a sus compañeros como una segunda que contar con unos trabajadores que van cada día a trabajar por el mero hecho de tener un sueldo en la cuenta bancaria a final de mes con el cual cubrir gastos. Si para los empleados el trabajo se convierte en una de sus pasiones, en un lugar confortable en el que ver crecer sus sueños, sus ideas y sus proyectos, no solo habrá trabajadores en la empresa, sino un equipo dispuesto a darlo todo por la empresa, a trasnochar si es necesario y a dar lo mejor de sí. ¿A caso no merecería la pena hacer un esfuerzo y empezar a comunicar internamente? Imagen cortesía de iStock
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