En esta era donde somos un mar de conocimiento de 1cm de profundidad, los cargos cambian de nombre como cambian las famosas de tacones y todo se vuele efímero, afirmar que se es un “especialista” en temas que no poseen titulación académica sino que la experiencia es quien te da ese honor, resulta ser un arma de doble filo para el profesional de hoy. La pregunta quedó hecha en mi mente y retumbaba cada vez que lo recordaba ¿es posible que todos seamos estrategas?, ¿hasta qué punto de manera profesional podemos autotitularnos?, ¿puede un odontólogo, un electricista o tal vez un fotógrafo gerenciar comunicaciones? –aun después de esta publicación las preguntas siguen apareciendo- Caso #1 Nala era una estudiante de comunicaciones bastante menos que “promedio” de comunicación, realmente era de ese tipo de estudiantes que a juzgar por su conducta, no quería estar ahí pero la veíamos todos los días ocupando su puesto. Un día Nala cambio de grupo de estudio, se fue superando y a finales de año logró culminar su tesis y graduarse. Nala fue becaria en el departamento de mercadeo de una conocida compañía de bebidas y aprendió a llevarle “las redes sociales”, por lo que después ella comenzó a autodenominarse Community Manager. Luego de graduarse, trabajó en una pequeña agencia de publicidad y actualmente ofrece sus servicios freelance. Conclusión: Puede que Nala no le haya puesto corazón a su carrera, pero la experiencia le dijo que podía ser buena gestionando cuentas y eso le ha ayudado a mejorarse en su área. Caso #2 Julian es un autodenominado “creativo” que lo que realmente le gustaría hacer según sus palabras es “mezclar música”. Él se autodenomina muchas cosas, no tanto por la experiencia que posee en ellas, sino por la cantidad de temas que vio en la universidad. Con reciente y corta carrera de mercadeo más un estudio en estrategias de marketing, é{ confía en su talento para ser innovador y aspirar a grandes cargos aun cuando su jefe se queja de su falta de proactividad y su actitud para realizar tareas inherentes al puesto que ocupa como mercadólogo. Conclusión: Julian aprovechó cada punto y cada tema tratado en sus estudios y eso es de valorar, sin embargo, las carreras universitarias son como la Deep Web, los que se ve es lo que imparten tus profesores, lo de adentro es lo que descubres conforme vas ejerciendo e investigando por tu cuenta. Caso #3 Alejandro es de esos diseñadores/ilustradores que nacieron con un don para dibujar. Él no cree en la universidad y aun así se graduó de manera técnica en ello. Ya graduado, no se tenía mucha fe así que se dedicó a otra cosa, pero la vida un día lo sorprendió y aprovechó la oportunidad de explotar lo que sabía aunado a ese don que no todos poseen. Alejandro ahora es un diseñador senior, jefe creativo de varias marcas y jamás se autodenomino de nada –a excepción de decir que hace el mejor puré de papas de su sector-. Conclusión: No necesitamos de carreras, ni dones ni títulos. Lo que se quiere hacer y en lo que se quiere destacar solo se hace y ya. ¿Qué tienen que ver ellos con estrategias comunicacionales? Los tres de alguna manera lo son o dicen serlo. Nala recientemente se autodenominó estratega comunicacional para poder ofrecer paquetes donde hace su labor como Community manager y es capaz de “llevar tus cuentas sociales al máximo haciéndote ganar seguidores al instante” según sus palabras. No puedo decir que realmente lo sea o no, pues si le funciona bien por ella, pero ser un estratega está más allá de una autodenominación para que mis clientes confíen en mí y en mis bajos precios por paquete. Julian lo resaltó como una de sus habilidades aun cuando todavía no lo ejecuta ni lo ejerce. A él le deseo suerte (y a su próximo empleador también), pues no hay título que asegure beneficios comunicacionales ni operativos –tal vez los comunicadores la tenemos más fácil por el centenar de herramientas que nos toca usar estudiando o ejerciendo nuestra carrera- pero es la experiencia y la pericia es lo que te lleva a ello. Por último, Alejandro no hizo ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario. En sus inicios aun cuando no se tenía fe como diseñador, realizó su resumen curricular prolijo estéticamente. Junto a él, una presentación escrita que parecía que también tiene el don del copywriting, él sin duda fue un estratega comunicacional que lo llevó a que personas confiaran en su talento, tal vez como él aun no lo había hecho. Démonos una oportunidad Hace poco leí en un portal web que Simón Bolívar fue un estratega comunicacional por su incursión en el periodismo y el manejo de la imprenta que hizo a partir de 1808. Yo sí creo que todos podamos ser estrategas, ¿Quién no ha sido la voz en un salón de clases para notificarle al profesor una duda o una problemática y que el mismo se resuelva en ese momento?, ¿Quién no ha organizado una reunión y se ha encargado que todos lleven lo acordado y vayan con lo vestimenta exigida? O ¿Quién no ha cambiado la manera de ver a otro por simples frases o comentarios?, en ese aspecto todos los somos. Pero por otro lado, el beneficio de ser un profesional es lo que sabes y no lo que haces. Como comunicadora hago lo que un millón de comunicadores más hacen, pero sé cosas que la experiencia, la cátedra y mis habilidades me han reforzado con el tiempo, cosas que otros no saben. Imagen cortesía de iStock
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