Los motores de búsqueda utilizados para procesar datos en la red mundial, utilizan algoritmos para resolver las preguntas o solicitudes de los usuarios respecto de la información que requieren. El internet, reivindicó las matemáticas como un medio para potencializar el adelanto de las empresas y países, puesto que facultó la tecnología en lenguajes universales tratables, para ser adaptados a los requerimientos sociales. De esta manera, las plataformas virtuales impulsaron nuevas formas de conseguir productos o servicios, comprar planes de viajes, hacer los sueños realidad, entre otros; siendo necesario el empleo de algoritmos para distribuir contenidos que atiendan a los gustos o preferencias individuales de los usuarios que acceden a los sitios web comerciales. La detección de contenidos, genera propuestas al cliente basadas en algoritmos, que en el contexto del mercadeo los entenderemos como el conjunto ordenado de movimientos consecuentes que admiten deducir y hallar la solución de un problema. Las notaciones, evidencian comportamientos de los clientes y revelan los videos, imágenes o sitios que prefieren, para que las empresas le envíen o muestren información relacionada con sus búsquedas. Históricamente, se ha usado la matemática para tratar de concluir el comportamiento de las personas, y en ese sentido, es importante llevar la lógica de los algoritmos no solo al plano virtual, sino a la creación de esquemas mentales y procedimentales en los colaboradores de la empresa; me refiero al desarrollo de capacidades que permitan identificar rasgos típicos, tendencias e intereses que revolucionen la manera como segmentamos el mercado, tratamos una venta y reforzamos la estrategia organizacional. En las empresas es normal que se creen productos o se formalicen servicios de manera segura, es decir, a la sombra de la oferta que se tenga en la actualidad; pero puede que se esté perdiendo un potencial de clientes. Reflexionemos por tanto, no concentrarnos únicamente en ser los mejores en un segmento del mercado, sino también, en la indagación de nuevas necesidades e invenciones de calidad para la diversidad de personas en el mundo. Sea grande o pequeña la clientela para un producto o servicio, la empresa debe apostar sus energías para encontrarla y mantenerla activa, sin menosprecio de las oportunidades que pueden surgir de su evolución en el tiempo. Con el pensamiento sistémico y matemático que ejemplarizan los algoritmos, se nos propone un esquema de trabajo en el que de manera permanente existan ofertas renovadas dirigidas a los clientes, a fin de que no abandonen su relación con la empresa. Por tanto, al conocer sus hábitos virtuales como físicos, se proyectan escenarios reales para hacer las cosas cada vez mejor y sobre todo priorizando la atención personalizada. Aún recuerdo la clásica pregunta de universitario… ¿para qué me servirán las matemáticas en el trabajo?… hoy vemos, que se convirtieron en la plataforma para muchas personas exitosas de nuestra era. Saludos. Fuente imagen: pexels.com
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