En nuestro mundo actual existe quien considera que el registrar una marca o un signo distintivo está de moda, pues resulta ser tendencia que tu diseño (logotipo) tenga la “R” de registrado o la “MR” de marca registrada, así como quienes también consideran que eso les dará estatus a su marca y por ende venderán más. Pues les diré… El registrar una marca está encaminado a una decisión jurídica influenciada por una cuestión comercial, es decir, yo no registro una marca si no considero que será potencial, pero no solamente la marca sino nuestro modelo de negocios, puesto que no podemos ir por la vida registrando marca al por mayor para después abandonarlas y generar basura marcaría; nada tiene que ver con la idea de generar posición ya que existen algunas increíblemente no están registradas y tienen un porcentaje de ventas muy alto.¿Qué es la basura marcaria?, son todas aquellas marcas que quedan en stand by, ya sea registrada o sin registrar pero que aparecen en la base de datos y generan un obstáculo al momento que se encuentra un mejor postor para ese nombre o ese diseño. Por ello es importante entender que el registrar una marca es como casarse por un tiempo indefinido, matrimonio en el cual se tienen que estar renovando votos cada 10 años y es hasta que el IMPI los separe. Pero también es necesario conocer los métodos de divorcio que existen con las marcas, facilitando con esto que este nombre comercial o signo distintivo quede libre para que otros usuarios lo puedan seguir utilizando con el registro e ir con esto eliminando la basura marcaría, o más bien todo ese rezago de propiedad industrial que ha quedado desde hace ya algunos años. ¡Si ya no la quieres déjala libre!, así de literal es esto de los registros marcarios, puesto que existen marcas que han sido abandonadas por el titular, que se encuentran vigentes pero sin uso, teniendo como consecuencia que el Instituto llegue a negar marcas que pueden llegar a ser potenciales por el simple hecho de que existan estas marcas faltas de uso. Hay que ser muy responsables al momento de casarnos con una marca y tener la idea muy clara de que el matrimonio como mínimo tendrá que ser de 10 años, así como que ser muy honestos y hacer saber al Instituto nuestro deseo de no continuar en relación con nuestro registro marcario, abriendo la posibilidad a otros usuarios de tener el uso de algún nombre o inclusive del diseño. Imagen cortesía de iStock
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