El objetivo es la parte de la cámara que dirige los rayos de luz hacia el sensor y nos permite tener una imagen nítida; así como no nos gusta generar fotos desenfocadas y sin una historia que se cuente por sí sola, en publicidad debemos ser objetivos desde la creatividad, hasta la manera en concretar una reunión con el cliente, para que el producto final no sufra de exceso de paisaje, composición con pendientes sin resolver, ni sombras que puedan opacar la propuesta. El objetivo de la cámara tiene una serie de características que lo hacen innovador e idóneo para diferentes tipos de foto; foto de paisaje, de retrato, comida, conceptual, moda, y producto. Igual que para esto de la fotografía, el objetivo de la publicidad la he dividido en las siguientes características:
- El enfoque: Cuando se está enfocado en lo que se quiere o no se quiere comunicar, las condiciones luz de las ideas son importantes y aplicables. El enfoque con mayor concentración la exige las marcas en donde hay mucho movimiento de campañas semanales, o marcas que tienen tres o cuatro activaciones al mes.
- Nitidez y distorsión: Cuando se es objetivo, es muy importante tener la idea nítida, clara, puntual, sin ninguna distorsión; esto para que la idea por su misma fuerza, se impulse hacia el cielo.
- Apertura máxima de diafragma: Si abrimos el diafragma a todo el paisaje de la idea tendremos mayor posibilidad de detectar algunos errores que después harán que la propuesta pierda potencia.
Con un objetivo claro, ampliamos nuestra comunicación y la utilizamos a favor de la marca y a favor de la agencia en donde además de trabajar, aprendemos a cada minuto a enfocarnos en lo que vale. Ten en cuenta:
- Si la propuesta se estanca, cambia de objetivo. Es posible que el que estés usando ya no funciona para la marca que quieres retratar.
- Alimenta a tu cabeza para que tengas no una sino varias propuestas que te generen objetivos claros y alcanzables, con y sin presupuesto.
- Escribe tus objetivos, cuídalos y déjalos fluir.
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