Una de las más grandes preocupaciones que pueden existir en el mundo de la radio, definitivamente es el fantasma del rating, pero es más preocupante que por un lado se rasguen las vestiduras y por otro lado no hagan nada para conseguir el lugar que merecen.Las dinámicas de levantamiento del INRA, responden a una metodología muy simple, una pregunta directa que se hace en colonias populares, donde todavía existen esas cajas que funciona con energía eléctrica llamadas radiorreceptores; tocan a la puerta y cuestionan: ¿Qué estación de radio escucha? Cada estación tiene una posición lógica en el listado, habrá que entender que una “grupera” jamás estará en los primeros lugares entre los niveles socioeconómicos A Y B pero sí una “popera”, y qué decir de los conceptos “niuclassics” —ya casi inexistentes en México—, con presencia aún en ciudades como Puebla con Radio Oro; StereoRey en Aguascalientes o Capital FM en Morelos. El radiómetro de INRA es preciso. Sin embargo hay estaciones “Número Uno” que no venden, paradójicamente. No siempre las frecuencias más escuchadas son las más rentables, ni el que está en primer lugar es el que más espacios vende. En este juego entre el rating y las ventas influyen muchos factores más allá de la programación y la música, desde el marketing hasta las tendencias. Mientras existan radioescuchas en una casa, un automóvil en medio del tráfico citadino o en una oficina, la radio seguirá en el aire y como tal sus miembros deben generar estrategias que hagan de este medio algo rentable, honesto, sobre todo de calidad en beneficio de los radioescuchas y los clientes. En el mundo de la radio como en el de los vinos no siempre el más caro es el mejor, todo depende de quien lo tome. Imagen cortesía de Shutterstock
Comentarios