La imagen de la marca es una representación, o digamos, una especie de “opinión” que no solo los creativos vamos construyendo entre la audiencia. Veamos. El encargado del brandig, particularmente el especialista que configura el operativo, para hacer positiva la imagen de la marca, debe tener claras tres características: • Debe generar NOTORIEDAD Es decir, debe insertar la marca en el “radar” de su target específico… debe hacer notable el servicio y/o producto que la marca vende, para que el público la considere, y posteriormente la evalúe. • Debe haber DIFERENCIACIÓN Aquí debe resaltar las características positivas, evidentemente no solo de la marca gráfica, sino de su producto tangible. Pero, principalmente el enfoque es lograr un contraste entre esas características y las de la competencia… justo para que haya identificación, reconocimiento y preferencia en la marca que pidió el cometido. • Y debe Objetivizar el PRESTIGIO Aquí se necesita tiempo… si se objetiviza el prestigio, si lo hicimos nuestra meta, es porque de inicio la marca apareció en el radar adecuado, y existió reconocimiento y preferencia de la audiencia…. esto sería un reflejo de asertividad, brindó confianza y con el tiempo fue posicionando la marca dándole prestigio. Ahora bien, teniendo entendidos y estructurados los punto anteriores, habrá que reinterpretar y hacer consciente un factor (y aquí vuelvo al inicio) no solo recae en el creativo o especialista todo el peso de la imagen. Es decir, la imagen de una empresa o marca se percibe de afuera hacia adentro y de adentro hacia afuera. Esto es, el branding también deberá gestionar la parte interna de la empresa, específicamente el servicio al cliente, puesto que el empleado de una marca también permea en esa imagen que se proyecta al cliente. Se puede tener un buen producto, un buen posicionamiento, pero si no hay un buen servicio se pueden perder clientes muy valiosos. Me despido, soy Erika, ¿ustedes qué opinan? ¡Hasta la próxima! Imagen cortesía de Shutterstock
Comentarios