En un área plagada de expertos y neo-gurús, las habilidades profesionales definen en gran medida el éxito en el ejercicio de labores como diseñar, escribir e inclusive coordinar, sin embargo, -y aunque una vez dije que los reclutadores son del diablo– los captadores de personal han estado de acuerdo que algunas destrezas fuera del ámbito técnico son de gran importancia para desenvolverse laboralmente. Lo blando Vs lo duro Dejando de lado el doble sentido, los términos “Hard skills” y ”Soft skills” se definen como habilidades duras y blandas simultáneamente, las primeras como conocimientos que se adquieren y se trabajan en el transcurso del tiempo y que se le adjudica a la experiencia y la segunda, como las capacidades individuales que permiten una mejor manera de relacionarse ante las adversidades. En pocas palabra, las habilidades duras se corresponden con lo intelectual, con lo técnico y profesional, lo teórico-práctico de sus labores, mientras que las “Soft Skills” o habilidades blandas, se relacionan con la inteligencia emocional, con rasgos de la personalidad que le agregan valor al trabajo, destrezas en el lenguaje, las comunicaciones, la confianza etc. Mercadeo/Comunicación/Diseño/Publicidad El ramo de la creatividad es muy efímero, hoy eres el gurú más cotizado de la temporada y mañana no eres nadie, suena cruel pero es así. ¿Por qué suceden cosas como éstas cuando la creatividad es quién manda?, pues porque son los talentos “laterales” quienes fortifican las carreras en estos campos. Líneas arriba me referí a las “personalidades” que de la noche a la mañana nos deslumbran con sus “talentos”, pero si eres un profesional y la farándula no te importa, tus habilidades blandas te pondrán en la balanza entre ser empleado o ser empleador. Las más valoradas No es que unas sean menos importantes que otras, pero todas dependen del sector donde te desenvuelvas. Según la agencia Connect americas, Bern Schulz de la Universidad de Dresden, “Una materia puede ser considerada un soft skill en un área en particular, y puede ser reconocida como un hard skill en otra. Por ejemplo, el entrenamiento en asuntos de conciencia social, puede ser útil para un químico, pero es una necesidad absoluta para un experto en recursos humanos en una sociedad multicultural”, a lo que le añade el estudio de Marcel Robles, investigador de la Universidad de East Kentucky en Estados Unidos, que entrevistó a 182 ejecutivos para averiguar cuáles eran los soft skills más relevantes para ellos, derivando de ellos:
- ? La comunicación: Habilidades orales, escritas y capacidad para escuchar al otro.
- ? Modales: Ser respetuoso, cortés y saber decir oportunamente el olvidado por muchos “por favor” y “gracias”.
- ? Flexibilidad. Saber adaptarse sin mayor problema y tener la voluntad de cambio y ajustarse. Eso incluye, aceptar los cambios y ser receptivo a las enseñanzas.
- ? La integridad: Ser honesto, ético, y tener valores personales guiados a lo correcto.
- ? Habilidades interpersonales: Ser empático, social, tener sentido del humor, sin olvidar el autocontrol y la paciencia.
- ? Actitud positiva: Ser optimista, entusiasta y alentador.
- ? Responsabilidad: Ser responsable, ingenioso anexando el sentido común.
- ? Trabajo en equipo: Ser cooperativo y llevarse bien con otros.
- ? Ética del trabajo. Tener iniciativa, motivación y llegar a tiempo.
Así pues, ya no basta con que seas el mejor técnicamente (es decir, hagas uso de tus Hard Skills) si no que, además, hace falta que desarrolles tus habilidades interpersonales (Soft Skills) y emplearlas correctamente en tus proyectos. ¿Se puede potenciar las habilidades blandas? Aunque para muchos cueste más que para otros, las destrezas innatas son las que se potencias solas. Si identificamos qué habilidades tenemos y cuales necesitan ser reforzadas, –para bien- estaremos dando un paso inicial importante. Uno de los tantos inconvenientes de los millennials –y futura pesadilla de los centennials- es que al integrarse al ámbito profesional, la brencha entre las habilidades que aprenden académicamente no siempre son las que necesita el mercado laboral. Y es que justamente las habilidades blandas las que no forman parte de los programas de estudio, por lo que naturalmente –y más destacadamente en Latinoamérica- la transición entre ser estudiante y empleado es más difícil, pues las políticas formativas de este lado del mundo premian al “correcto, obediente y aplicado”, mientras que en el mundo laboral el dominio propio, la resolución de problemas y toma de decisiones son las más valoras. –spam: No a todo estudiante modelo le va bien en el emprendimiento o como empleado, son sistemas diferentes basados en condiciones distintas- ¡Anímate! Como ya sabes, las necesidades laborales cambian tan rápidamente como los cargos digitales o las figuras en el marketing y cumplir con eso es todo un desafío. Mientras mejor comprendas la importancia de tus habilidades –duras y blandas- y como se complementan entre sí, mayor posibilidad tendrás de buscar el equilibrio y así alcanzar tus objetivos laborales. Imagen cortesía de Shutterstock
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