¿Cómo es que una marca pueda tener expresiones tan diferentes dependiendo del país donde se ubique? Se entiende desde luego, que existan diferencias culturales por región, pero ¿diferencias radicales en la manera de relacionarnos con un mismo producto en cuanto cambia el idioma? Me niego. Comenzaré a explicarme: Apenas la semana pasada anunciaba Coca-Cola que una de sus marcas, Fanta, lanzaría en Estados Unidos una edición especial por temporada de Halloween. El diseño de las latas, desarrollado por el artista gráfico israelí Noma Bar es pulcro e ingenioso. Las latas expresan bien la temporalidad, a la vez que integran el sabor de cada variedad en las ilustraciones de forma creativa. Hasta ahí todo bien, sin embargo tenemos una situación disímbola con algunas latas disponibles en español donde la serie está esencialmente basada en la edición de “Comparte una Coca-Cola” con (tu nombre). Solo que a diferencia de las anteriores, en Fanta sustituyeron los nombres propios por apodos, lo que además de un diseño desafortunado, con motes innecesariamente populares, constituye un remake simplón de la famosa campaña del refresco de cola. What? No cabe duda que en un mundo globalizado como en el que hoy vivimos, tomar decisiones así fractura la comunicación proyectada para una marca, y evidenciarlo queda a solo un click de distancia. Boo! Happy Halloween! Imágenes: Propiedad de The Coca-Cola Company y vía Twitter. Imagen principal cortesía de Pexels. AUTOR Louis Louna El autor es editorialista invitado y publicista desde hace más de 15 años. Dejó de tomar yogurt la semana pasada.
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