Aunque parezca un chiste mal contado, es un caso real, que alguno de los protagonistas no hubieran creído posible. El escenario fue una cafetería-tienda de alimentación que abre 24 horas al día 7 días a la semana y que rompió con su habitual rutina, al extenderse un vídeo por internet en el que una rata comía con gran placer una empanada en el expositor de la tienda, a la vista de todos. Internet se volvió loco durante un par de días con el asunto, y la prensa dio buena cuenta de ello. En menos de 24 horas varios medios de comunicación se hicieron eco del suceso. Algunas fuentes revelaron que la presencia de tan peculiar animal no era precisamente una novedad, y que el personal no contaba con medios para hacer frente al problema, puesto que los empleados son limitados en cuanto a número para la cantidad de actividades del local, una sola persona en cada turno para atender barra, sala, terraza, y tienda. El escándalo no tardó en llegar, y con ello todos aquellos que consideraban la situación como una afrenta a la salud pública, no exentos de razón, pues el peligro para el cliente era real. El propietario del negocio salió al paso de todo tipo de comentarios, explicando su versión de los hechos, que el descampado que se encuentra junto a su establecimiento es un nido de estos animales, que entran en los locales que tienen sus puertas abiertas, en busca de alimento, como ha sido el caso. Las autoridades sanitarias, en vista del ruido que ha hecho el suceso, inspeccionaron el local y dieron indicaciones para subsanar cualquier deficiencia que encontraran, cosa que se hizo cerrando el local durante más de un día. Se tomaron medidas para que aquello que sucedió no vuelva a pasar, evitando poner en riesgo el negocio, a los empleados, y por supuesto a los clientes. Este caso y otros similares son una muestra de publicidad indeseada (y negativa), en la los pequeños negocios se encuentran en un estado de vulnerabilidad, debido en parte a que normalmente no suelen invertir en publicidad ni en creación de marca, lo que maximiza esa misma vulnerabilidad, por dejar funcionar por inercia el negocio y no innovar ni ir más allá. Y eso en condiciones habituales, que ya es arriesgado, pero cuando sucede algo inesperado o incluso escandaloso, como lo de la rata y la empanada, puede llegar a ser letal para cualquier negocio de tamaño reducido. Una pequeña muestra de que es recomendable, sano, e incluso necesario el hacer pequeñas inversiones para realizar una mejora continua, así como emprender campañas de forma regular, para tratar de crear una marca de imagen positiva, y paliar o evitar una mancha en su trayectoria. Caricatura de portada: @LaKavorka
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