Desde que comencé a estudiar publicidad en la universidad, hay un tema que cada que se menciona en alguna conversación me hace reflexionar una y otra vez. Ese tema es “la creatividad”, la cual intentaré definir con lo que hasta ahora mi experiencia me ha enseñado. Tranquilos, traigo ejemplos, no se espanten. Recuerdo que el primer día de clases la profesora de la asignatura “Análisis Publicitario” nos hizo presentarnos frente a todos. La maestra quería que confesáramos a la clase que departamento nos parecía más atractivo dentro de una agencia de publicidad. Me pareció interesante que muchos de mis compañeros al levantarse de sus asientos argumentaran “Escogí publicidad porque soy creativo”. En esos momentos pensé que era un tanto gracioso que se expresaran de la creatividad como un don divino con el cual uno nace. Algunos de ellos en semestres posteriores seguían sosteniendo la idea de que “ser creativo” consistía en entregar trabajos finales cubiertos con lentejuelas y diamantina de colores. La palabra “creativo” desde mi punto de vista está mal enfocada, la usamos como un adjetivo para etiquetar a algo o alguien que creemos hizo algo de manera inusual. Pero, ¿qué pasaría si comenzáramos a darle otro significado a la creatividad? Tal vez, nos daríamos cuenta de que la creatividad no es una condición innata de las personas. Considero que las habilidades creativas se encuentran en cada uno, si bien no todos las desarrollan esa ya es otra historia. La creatividad, según como yo la veo, no es más que la destreza de resolver problemas de manera distinta. Soy de la idea que todo mundo puede ser creativo, ya que lo único que necesitas es un cerebro dispuesto a pensar y pensar bien. La creatividad no es elitista, no tiene que ver con el género, con una restricción de edad o con un nivel socioeconómico determinado. Por muy Paulo Coelho que suene esto “La creatividad puede ser para todos, pero no todos pueden ser para la creatividad”. Esto lo digo porque al principio, seguramente te vas a frustrar mucho porque no estás teniendo buenas ideas. Todos los creativos con los que he tenido oportunidad de platicar, coincidimos en que la etapa más difícil para la carrera de un creativo publicitario es cuando empieza a pensar. Porque aún no domina un método, su cabeza es un caos y no tiene la paciencia para tolerar la frustración de ver morir sus ideas. Hoy me doy cuenta de que la carrera de un creativo es compleja, aguantar vara y ser humilde para escuchar los consejos que otros creativos tienen para ti es algo que no todos están dispuestos a ofrecer. Al final, te darás cuenta que ese sufrimiento que tuviste que pasar para tener buenas ideas era necesario. Pocas personas encuentran ideas memorables a la primera, regularmente detrás de esa gran pieza existieron miles de monstruos que gracias al cielo no vieron la luz del sol. Así que la próxima vez que escuches a alguien hablar de la creatividad como una “Don de Dios” puedes callarle la boca con un puñado de diamantina y hacerle un favor a este mundo. Hasta aquí mi reporte Roastbrief, cambio y fuera. Gracias por leer “La trinchera del Trainee” AUTOR Rafael Zacarías Copy Trainee en Saatchi & Saatchi México Imagen cortesía Shutterstock
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