Desde la creación de Internet y su universalización que lo ha convertido en el medio de intercomunicación social más importante en la actualidad, su popularización a escala planetaria, la creación del ciberespacio virtual que es como un mundo paralelo al físico, se ha convertido en un espacio comunicativo e interactivo que modificó sin duda las relaciones económicas, políticas, sociales y personales. Internet en la actualidad es el vehículo por el que fluye la mayor parte del dinero en el mundo, todos los bancos, entidades financieras tienen sus oficinas virtuales en el ciberespacio. Todos estos cambios sociales, a raíz de los cambios tecnológicos, tienen su reflejo en la criminalidad como fenómeno social, concretamente en la aparición de un nuevo tipo de delincuencia asociado al nuevo espacio de comunicación interpersonal que es internet. En la actualidad, la vida diaria genera la oportunidad de abusar de la tecnología y es ahí cuando aparecen quienes se benefician de las actividades ilícitas, la cibercriminalidad se alimenta de las actividades de la vida cotidiana y entonces aparecieron nuevas formas de afectar la intimidad de las personas. Estos son algunos casos de cibercrimen que podemos encontrar a diario: La piratería, código malicioso, spam, uso no autorizado de redes, fraudes cibernéticos, suplantación, usurpación de identidad, ciberespionaje, ciberextorsión, ciberacoso, sexting, pornografía infantil, entre otros. A tomar precaución Los padres que no supervisan de forma adecuada a sus hijos adolescentes durante el día o durante un viaje de fin de semana, pueden desconocer que su hijo se ha iniciado en el cibercrimen o que esté expuesto a ser una víctima. Los padres han aprendido a supervisar el uso de internet de sus hijos pero también los adolescentes han aprendido a eludir dicho control, por lo que se recomienda tener una comunicación directa con los adolescentes. Una persona que es usuario frecuente de pornografía puede ser un blanco perfecto para convertirse en víctima de usurpación de identidad, ataques informáticos, entre otros. En países en donde la prostitución es legal para personas mayores de edad, el internet tiene carta abierta para la práctica de la prostitución infantil, es fácil encontrar a clientes para este tipo de prostitución que es ilegal. Las personas que por su trabajo deben viajar constantemente pueden ser vulnerables cuando acceden a internet que les facilita el hotel o lugares públicos, por ejemplo restaurantes y cafeterías. Otro grupo expuesto a ciberataques son los compradores frecuentes en línea, así como las personas que descargan constantemente información de internet. El comercio electrónico también es un blanco para los ciberdelincuentes, la banca electrónica y webs de pago. Cuando aparecieron los servicios de pago online y las transacciones bancarias, empezó la criminalidad económica que ahora conocemos como scam, phishing, pharming. El fraude existe de siempre y el ciberespacio parece ser el lugar perfecto para encontrar un número alarmante de víctimas que por desconocimiento e ingenuidad son presas fáciles para los ciberdelincuentes. El ciberespacio hace posible los ataques electrónicos, tanto como los abusos cara a cara. En las noticias encontramos casos sobre personas que se conocieron a través de las redes sociales, acordaron una cita y luego fueron abusadas (en algunos casos), en otros el final es aún peor, o fueron robados por sus nuevos amigos (as). La explotación personal es una práctica común, ya sea cuando un adulto contacta a un menor de edad con fines sexuales o cuando un estafador engaña a personas con quienes no tiene un trato directo, a cuántos nos pasó que recibimos mails con confirmación de que ganamos alguna lotería, que quieren dejarnos una herencia desde cualquier lugar del mundo, nos piden ayuda con algún propósito social en donde se apela a la sensibilidad de las personas. No puedo dejar de mencionar el ciberracismo y el ciberterrorismo del que también tenemos casos recientes en el mundo. Así como el cibercrimen evolucionó, también evolucionaron sus protagonistas (criminales y víctimas); pensemos por un minuto en el antiguo estereotipo del hacker de un adolescente introvertido y con problemas de sociabilidad, encerrado en su casa; pasamos a mafias organizadas de cibercriminales que aprovechan el nuevo ámbito para aumentar sus actividades ilícitas y sus recursos. La ciberguerra, el hacktivismo y el ciberterrorismo han convertido a los gobiernos y a los recursos públicos que ofrecen a los ciudadanos a través de internet, en el blanco perfecto de ataques, de infecciones de malware, que llegan a paralizar las actividades e instituciones importantes de los países. El cibercrimen no ha terminado ni lo hará en mucho tiempo, al contrario seguirá expandiéndose y evolucionando en las siguientes décadas. Debemos estar bien informados para no caer en estos ciberdelitos, siempre debemos cuidar a los más vulnerables. El Internet es una valiosa herramienta para mantenernos informados, comunicados, nos permite adquirir conocimiento, distraernos y socializar; así que debemos de sacar de Internet su lado positivo y es mejor tener conocimiento de los riesgos que existen, para no caer o ser víctimas.
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