Somos buenos para todo lo que soñamos. Somos creativos para todo aquello que nos interesa. Vamos más allá de las cosas que nos apasionan, pero, ¿cómo lograr llegar al lugar al que aspiramos vivir? Yo todos los días me levanto pensando en las cosas que debo hacer. Me levanto organizando mi cabeza para decidir por cuál actividad voy a empezar mi día. Dirán que lo que he escrito hasta acá, no tiene ninguna relación con la Publicidad, o el Marketing, o las comunicaciones… ¡Les voy a demostrar que sí! “Uno está donde tiene que estar”, me recuerda mi mamá cada vez que me siento confundida en el andar de la vida, y ¿saben qué? ¡Es cierto! Además de eso, estamos en constante búsqueda de una guía que nos lleve de la mano y nos diga: ¡Hey, por este lado sí es! La publicidad termina siendo una aliada de nuestras vidas, de los caminos que tomemos, de nuestros gustos, disgustos, hobbies, comidas favoritas, viajes, y ¿por qué no? De nuestros amores prohibidos también. “Deja de soñar y cómprate una Harley Davidson”, nos dicen por ahí, cuando pasamos por la calle y vemos esas increíbles motos, llenas de historia impregnada en sus materiales tan peculiares. Yo personalmente, no quisiera olvidar la primera vez que me regalaron unos Converse por ejemplo, o la primera vez que tuve un Ipod, y NO, no fue por la marca (en cierto modo sí, para estar “IN” en la época). Hay gente que afirma que unos tenis marca “x” son iguales que unos Converse, o que un mp3 hace lo mismo que un Ipod…la realidad es que todos, absolutamente todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos decidido por las marcas, porque éstas nos dan status, porque nos regalan una experiencia en torno al producto que es inigualable, y claro que sí, terminamos sufriendo de amnesia selectiva, una terrible enfermedad de la era moderna que nos dicta parámetros “marqueros” instintivos y finalmente estos terminan moldeando nuestro diario vivir. Así es nuestra triste realidad. Con todo esto quiero entonces señalar un término que sin que nosotros sepamos, nos acompaña en cada segundo de nuestros días. Una impronta desde la Publicidad es conocida como una huella que deja una persona o un objeto en alguien o en algo. Yo creo sinceramente que mi vida está llena de improntas, como la vida de cualquier ser humano, y así es que se vive, y así es que nos rodeamos de personas que sufren de la misma enfermedad que les cuento, de esa amnesia selectiva crónica que destruye nuestras entrañas. Hablo de amnesia selectiva cuando se nos olvida que vale más la calidad que la marca, pero finalmente, las improntas son esas variables que nos guían para elegir o simplemente para dejar en su lugar un producto determinado. ¡Entonces, sí! Sufro de eso, porque la experiencia que me brindan ciertos productos no la cambio por nada, y esas huellas que configuran mi existencia, determinan finalmente mi estilo, mi forma de ver la vida y también me ayudan muchas veces a llegar al lugar al que aspiro vivir. ¡No es tan malo sufrir de amnesia selectiva! AUTOR María Camila Ortiz Serrano Hay que hacer las cosas simples, pero significativas. Cuando el silencio está plagado de ruidos que se esconden en él, es cuando más me sumerjo en el mundo de la inspiración, en ese inframundo decorado con millones de recuerdos y de enseñanzas que a lo largo de mis 25 años me han acompañado. Aquí estoy para seguir describiendo una vida, mi vida. En Facebook: https://www.facebook.com/camila.o.serrano En Instagram: mariacaortiz25
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