Un publicista y un experto en marketing latinos tienen varios enemigos y un sin número de obstáculos que deben superar constantemente, pero ninguno lo detiene por completo: todo lo que realiza es un constante crecimiento y aportación a la industria en la que se desarrolla. Sin embargo, existe un factor importante que limita y hasta cierto punto, impide el desarrollo del mercado de sus ideas: el miedo. Considero de manera objetiva que las personas que trabajan en el ámbito publicitario y de marketing dentro de América Latina son gente verdaderamente dedicada; mover una industria al beat de las ideas no es sencillo, no sólo por la competencia que demanda el mercado, sino porque todo lo que crean viene de sus cabezas, su esfuerzo, sus horas frente al computador y momentos en los que sus mentes divagan al pensar en cómo ser innovadores en un entorno recientemente globalizado. Debido a ello, la exigencia es el elemento fundamental en la fórmula al éxito que rige sus carreras. Como pueden observar, el peso del mundo está en sus hombros; estas profesiones requieren de fortaleza, además de conocimientos, para poder afrontarlo todo. Es por esta razón que arriesgarse no es necesariamente atrayente al momento de innovar, lo cual suena contradictorio, pero se ha vuelto muy común en el mercado latino. Los espectadores sentimos ese “Ya lo había visto” cada vez que aparece un comercial, un afiche publicitario, incluso dentro de los espacios “disruptivos” o “BTL”. Ahora todo es común, todo se ha hecho, y la industria se preocupa por vender, mostrar descuentos, ser hábiles al momento de enganchar al cliente a la compra, y las ideas creativas pasan a estar en un segundo plano; los creativos dan dos pasos hacia atrás y ceden por miedo a ser tomados como “intrépidos” y, por ende, eliminados de la ecuación. Publicistas, marketeros, creativos, preferimos dar la razón al cliente y a la industria del consumo que aportar algo nuevo. Son pocos los espacios realmente nuevos, mucho más pocos aquellos que verdaderamente creen en que el vender no sólo es gritar “GRATIS” o “PROMOCIÓN”. Pero ¿qué hay de los que ganan Cannes?, ¿aquellos que sacan la cara en El Ojo de Iberoamérica? Vamos a dar dos pasos hacia atrás y admitir que sí existen riesgos y maneras diferentes de hacer las cosas, pero se las mira con lupa. ¿Qué pretende este artículo? Dar fuerza para eliminar los límites. ¿Y qué si la primera, segunda y tercera gran idea es rechazada? He escuchado tantas veces “El que la sigue la consigue” y soy testigo de ello e incluso lo he vivido dentro de mi país continuas ocasiones. La industria latina puede estar entrando dentro de una sociedad de consumo que se basa sólo en el impulso a la venta, pero el creativo latino existe para irse en contra de los “precios aún más bajos”, “somos el número uno” e “increíbles promociones”. Siempre hay varias formas de decir lo mismo, busquemos el camino menos transitado y pongámosle nuestro nombre.
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