Los constantes cambios de algoritmos en las redes sociales han dejado a muchas marcas con más interrogantes que certezas, además de la urgencia de modificar constantemente su estrategia digital.
Qué lejos se ven hoy los días en los que bastaba con estar “presentes” en las redes sociales y ser “consistentes” en la publicación de posts. Hoy, sabemos que es muy difícil que Facebook muestre en los feeds de los usuarios contenido relacionado con marcas, a menos que éstas inviertan considerables cantidades de dinero para empujar sus posts, los cuales pueden ganar cierta visibilidad, pero no tienen asegurado un engagement real.
Las marcas que dieron el paso hicieron bien en apostar por estar y ser consistentes en las plataformas sociales, pero el éxito hoy radica en saber adaptarse a los cambios.
La evolución de las plataformas sociales nos ha dejado muchas lecciones aunque hay algo que es constante: no existe una fórmula mágica que funcione a todos.
Las variables a considerar son muchas, pero siempre recomiendo que la estrategia de marketing de una marca parta por contar una historia de manera honesta y busque ser relevante para ese público al que quiere hacer llegar su mensaje.
Por eso, en momentos turbulentos como el que vivimos actualmente en el marketing digital tengo por premisa lo que en inglés llaman “back to the basics”, es decir, volver a lo básico.
Durante un tiempo parecía muy fácil “colgarse” de las plataformas sociales para ganar visibilidad, sabemos que eso ya no es así y si tenemos en cuenta que actualmente Facebook y Google controlan el 65% del marketing digital, la importancia de que una marca tenga sus canales propios es mayor.
Por eso mi sugerencia es volver a los básicos y recordar que gracias a la tecnología hoy más que nunca las marcas tienen la capacidad – y la ventaja- de ser medios de comunicación que crean sus propios contenidos.
Antes de confiar la suerte de las campañas a medios externos como la inversión desmedida en publicidad en redes sociales, mi recomendación es que se empiece por casa.
En mi experiencia como estratega y creador de plataformas de marketing digital, el mejor canal para cualquier marca o empresa es el propio, ya sea a través de un blog, la publicación de vídeos, una cuenta de Instagram, etc, siempre buscando definir cuál de los canales funciona mejor para que el mensaje de nuestra marca llegue mejor al público que queremos alcanzar (recordemos que no se puede estar en todos lados).
Es decir, hay que empezar por conseguir seguidores en el propio canal, ya que en muchas ocasiones las redes sociales no son efectivas para las campañas.
Con todo esto, conseguimos que los consumidores escuchen a las marcas antes que a la publicidad, que conozcan su historia y sus valores antes de animarse a comprar sus productos o servicios. Recordemos que un mensaje honesto destaca por encima de cualquier estrategia publicitaria.
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