“Un capítulo más y me voy a dormir…” ¿Cuántas veces has dicho esto en el último mes? Son miles las excusas que nos inventamos para quedarnos hasta tarde viendo la serie que nos gusta; para terminarnos todas las temporadas en unas cuantas sentadas; o para no salir de casa con tal de seguir leyendo. Pero ¿por qué a nuestra tía, a nuestra mamá y a nosotros nos sigue enganchando la vida de Luis Miguel? Anterior a la escritura, nuestros ancestros utilizaron la narrativa para explicar fenómenos de la naturaleza convertidos en leyendas. Las historias nos han atrapado a tal punto que han trascendido generaciones. Más que por curiosidad o por morbo, existen muchas razones por las cuales las historias son tan adictivas:
Nos hacen empatizar
Según un estudio realizado por la universidad de Yale y Princeton, cuando nos cuentan una historia se estimulan zonas cerebrales que se activarían si nosotros estuviéramos viviendo lo mismo. Por esa razón llegamos a comprometernos tanto con los personajes, sentir sus emociones, frustrarnos, reírnos y hasta llorar.
Nos hacen entender la realidad
¿Has visto un documental o una película que haya cambiado tu forma de ver la política o el amor? Esto nos pasa porque las historias nos hacen alejarnos de la realidad para reconectarnos con nosotros mismos. La mejor forma de aprender es la experiencia, y las historias nos permiten vivir a través del otro mediante el conocido transporte narrativo.
Las historias nos dan propósito
¿No te ha pasado que cuando terminas una serie entras en una especie de crisis existencial? Yo me he hecho la pregunta: Y ahora, ¿qué haré de mi vida? Esto nos ocurre porque las historias nos hacen crear conexiones, nos hacen sentirnos parte del mundo. Una historia es una especie de búsqueda del tesoro, nos plantea un objetivo y le otorga sentido a nuestra vida en el tiempo.
Nos involucran
Las historias nos abren la puerta de su casa, nos hacen pasar a la sala y nos cuentan el chisme completo. Por ejemplo, cuando vemos una película nos terminamos convirtiendo en una especie de Sherlock Holmes, ya sea observando, sacando deducciones u opinando. Las historias nos dan la confianza de involucrarnos en la vida de los personajes desde la zona de confort. Por eso nos hacen sentir tan a gusto, por eso nos reconfortan y nos sorprenden.
Las historias son la vida hecha poesía, es la realidad elevada.
Para los que vivimos de la creatividad, las historias nos dan muchísimo material. Por ejemplo, a los creativos nos revelan innumerables insight que podemos utilizar en nuestros conceptos, a los productores o fotógrafos referencias de composición, montaje, y más. El Storytelling, como lo llamamos en publicidad, nos permite hacer estas asociaciones remotas, estos saltos de escalera y llevar las historias a formatos que nunca habíamos imaginado. Te dejo unos cuantos ejemplos: Websites En UX, el storytelling ayudan al usuario a entender, recordar y compartir. Este permite que una web sea una experiencia guiada por elementos como: el copy, las imágenes y el microcopy (urls, cabeceras, etiquetas de navegación, enlaces, pies de foto, entre otros). Comerciales En formato audiovisual, el storytelling hace que nuestro producto se convierta indirectamente en protagonista, sin que lo percibamos como publicidad invasiva. Recordemos que las historias nos conectan, humanizando nuestra marca y generando confianza en los consumidores. Social media En redes sociales el visual storytelling es una herramienta que nos permite representar con calidez los valores de una marca, otorgándole personalidad y dándole contexto. Ahora con las historias de facebook e Instagram, los formatos para contar historias en redes sociales nos ayudan a conectar con texto, imágenes, gifs o videos de forma instantánea y con poco presupuesto. Ya sea con secuencias de imágenes, canvas interactivos o presentaciones, las historias en redes sociales ubican a la marca al nivel de sus usuario para interactuar de una forma más íntima con él. Apps El design storytelling en las aplicaciones móviles ha venido a revolucionar la interacción con el usuario. Los aburridos slides han dejado de ser un manual de uso y se han convertido en una conversación entre la marca y sus consumidores. Los onboarding son personificaciones cuyo objetivo es ayudarte a encontrar en la app lo que necesitas para sentirte cómodo y en confianza. Como decía Victor Hugo: “Lo que mueve al mundo no son las personas, son las ideas”. En publicidad una historia siempre terminará siendo un call to action, ya sea para llevarnos a reflexionar, considerar o comprar. Así que atrevámonos a contar historias, que las seguiremos teniendo para rato; en diferentes formatos, tamaños, soportes, colores y sabores. AUTOR
Daniela Herrera
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