Cada pueblo tiene en su historia uno o varios populistas que llegaron al cargo más importante de un país, una ciudad, provincia, región, empresa, etc. y que terminaron destruyéndola, generando caos con discursos de odio o como mínimo salieron del cargo llevando el dinero en costales o en sacos de yute. Muchas propuestas de transformación de cada lugar, las indignaciones de cada cultura transformada en discurso y conectadas con las emociones, por alguien al que los pueblos lo tratan como si fuera un iluminado. Uno de los principales problemas de muchos de estos personajes que llegan a ostentar el poder es que se pierden de su objetivo, sus valores y sus discursos iniciales y transforman su actitud como si el poder los hubiera desnudado, sin embargo, la realidad es un poco más complicada ya que sufren un síndrome llamado Hubris. La Hirvys de la mitología griega era una diosa que arropaba como atributos propios insolencia, violencia, arrogancia, indignación, injuria, desmesura, exceso, desbordamiento de los instintos en mal sentido, en definitiva se puede resumir como la desmesura o como orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada y obviamente es más visible cuando están o llegan al poder. El castigo a la hibris venia de los dioses por manos de Némesis. Este trastorno de personalidad, proviene de esta diosa y su mito pero se lo conoce como Hubris y aun cuando no está dentro del manual psiquiátrico se manifiesta con narcisismo, imagina que lo que piensa es correcto y lo que opinan los demás no, cree que todos los que lo critican son enemigos ya que viven en una burbuja con una realidad diferente, no mienten cuando dicen que han generado un paraíso o que lograron arreglar la realidad de sus congéneres, ellos viven esa ilusión. Este síndrome no incluye que roben o que permitan e incurran en la corrupción generalizada pero les permite justificarse como merecedores de esos dineros o bienes y de cualquier otra cosa ya que están por encima del bien y del mal. Entonces resulta que los Correa, Peña Nieto, Lula, Evo, Kirchner, Chaves, Bucaram, Rousseff, Fernández, Cartes, Perez Molina, etc. no fueron corruptos, malos presidentes, o una muestra destructiva de las sociedades, solo sufrieron del síndrome de Hubris y por eso creyeron ser iluminados de Dios y tener derecho a realizar y permitir la corrupción, en esta lista no incluyo a Maduro ya que él es escogido e iluminado de un pajarito.
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