Gary Provost fue un escritor y docente estadounidense que escribió varios libros de títulos inusualmente largos, como “Make Every Word Count: a Guide to Writing that Works-for Fiction and Nonfiction” y “100 Ways to Improve Your Writing: Proven Professional Techniques for Writing with Style and Power”. Pero últimamente se lo conoce porque un texto breve de su autoría anda circulando por diversos barrios de Internet.
El texto está escrito, desde luego, en inglés, pero me tomé el atrevimiento de traducirlo al español tratando de respetar la intención original. El texto es una corta y contundente lección de escritura, y resultará, sospecho, particularmente útil para redactores publicitarios. Debo aclarar que si algo no les cierra de este escrito se debe a mi torpe traducción; en ese caso les recomiendo buscar el hermoso y musical original.
“Esta oración tiene cinco palabras. Aquí hay cinco palabras más. Estas oraciones están muy bien. Pero varias juntas son monótonas. Escucha lo que está pasando. La escritura se hace aburrida. Su sonido se hace uniforme. Es como un disco rayado. El oído exige más variedad.
Ahora escucha. Cambio la extensión de la oración, y creo música. Música. El texto canta. Tiene un ritmo agradable, una cadencia, una armonía. Utilizo oraciones cortas. Y utilizo oraciones de extensión mediana. Y a veces, cuando estoy seguro de que el lector está descansado, lo desafío con una oración de extensión considerable, una oración que quema con energía y construye con todo el ímpetu de un crescendo, un redoble de tambores, un estallido de platillos –sonidos que dicen escucha esto, es importante.
Por eso, escribe con una combinación de oraciones cortas, medianas y largas. Crea un sonido que le dé placer al oído del lector. No escribas solo palabras. Escribe música.”
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