No quiero ser hosco, pero el email marketing mal enfocado no hace más que causar tirria en sus receptores y soy uno de ellos.
No existe herramienta más utilizada actualmente por los profesionales alrededor del mundo que el correo electrónico y me parece una de las invenciones más eficientes de la historia de los tiempos. Con la popularización de este hace casi 3 décadas, muchas empresas vieron una gran oportunidad para comunicarse con clientes de forma mucho más rápida, precisa y económica; y aunque con la explosión de redes sociales se vaticinaba su fin, la realidad es que, en este mundo dónde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo online, sigue siendo un gran complemento en la comunicación y contacto.
Estoy continuamente pendiente de los correos que recibo, procuro inscribirme con mi dirección personal a blogs, newsletters, sitios de interés, promociones bancarias, en fin, todo aquello que pudiera interesarme pero que no significa una prioridad en mi día a día; entonces, ¿por qué sigo recibiendo correos automatizados y/o por qué vendedores de productos y servicios tan diversos me contactan al correo empresarial que tengo ya de por sí saturado?
Debo ser honesto, me he encontrado con joyas del acercamiento, la redacción y las ventas entre algunos de ellos y debo admitir que hasta las he usado de ejemplo con mi equipo; son a esos correos a los que respondo con gusto y a los que doy seguimiento; pero son los menos.
El día de hoy, mientras pasaba por un bloqueo creativo recibí uno de esos correos que desató mi ira y me impulsó a escribir la presente; queridos marketers, vendedores y publirrelacionistas: aquí lo que no soportamos de sus correos:
1. Direcciones de correo sacadas en la preparatoria: Jamás, pero jamás abriría un correo proveniente de “elchulo@loquesea.com”. Muchas veces pecamos de “creativos” y por querer vernos cool, acabamos mostrándonos infantilezcos.
2. Líneas de asunto que invitan a no leerlo: Si el título de un correo con un newsletter es “Newsletter”, ¿qué gano yo abriéndolo si ya tengo detectados los boletines que me interesa explorar?
3. Dominios no empresariales: No me importa si tu correo es “somoslosmejoresenesto@gmail.com”, no refleja ningún tipo de profesionalismo detrás de tu empresa y, si ese es tu primer acercamiento, ten por seguro que no voy a confiar en que sean los mejores.
4. Correos de “No-Reply”: ok, me enganchaste, abrí tu correo, me interesó lo que me estás ofreciendo y cierras con un “No-Reply” invitándome a buscar tu sitio web o typear alguna otra dirección, complicando mi jouney como consumidor y haciéndome desistir del interés que ya lograste ¿es en serio?
5. Información mal canalizada: Esto va para los creadores de mensajería instantánea de aplicaciones y sitios de compra vía web: Sí, soy tu usuario, tienes mis datos, te he comprado alguna o varias veces, debes tener en algún lugar la data con mis gustos e intereses… ¿por qué me mandarías ofertas de copas menstruales?
Saltado el bache creativo y habiendo canalizado mi molestia hacia quienes ejecutan el e-mail marketing “queriendo vender, pero pidiendo a los santos no conseguir ni un cliente” (adaptado del refranero de la familia); me despido de ustedes preguntando ¿qué otro tipo de correos no solo no logran engancharlos, sino que les ponen los pelos de punta?
Comentarios