Hace apenas unas horas leía en redes sociales la queja de un afamado publicista: describía a su cliente como un “cara de culo” y después aseguraba que la mercadotecnia del país sufre de no entender, ni tener valor para aprobar lo que él presenta.
La semana pasada, otro afamado publicista despotricaba y valoraba el trabajo del actual gobierno partiendo del pasado, como si los sexenios anteriores hubiéramos sido una potencia económica y social.
Como estos casos, hay cientos, es muy fácil salir a decir que el de enfrente es un imbécil, somos un gremio egocentrista, jugamos a ser intelectuales, pero se nos olvida que somos publicistas, y ser publicista nos coloca en el lado opuesto al libre pensamiento, somos lo contrario a los revolucionarios, jugamos al artista pero nunca tuvimos los huevos de morir de hambre para demostrar que nuestra verdadera pasión era la pintura, la música o las letras. Creemos que somos la piedra angular de la mercadotecnia, nos creemos superiores porque nos vestimos con cierta comodidad y vamos a bares de moda.
Es muy fácil decir “el cliente es un imbécil y no sabe nada”, “¿cómo me va a evaluar el cliente si es un pendejo recién salido de la universidad?” “Pinche cliente le valió madre y me puso a su becario que es un tarado”. La tarea del cliente no solo es estar viendo agencias y creatividad, normalmente tiene que llegar a un número: “vender”, manejar los presupuestos, analizar el punto de venta, estudiar a su consumidor, etc. ¿Qué nos hace pensar que somos primordiales en su vida? Si ponen a alguien en proceso de aprendizaje es porque “NO SOMOS LO MÁS IMPORTANTE”, o tal vez porque es un proceso de desarrollo para su gente, pero nuestro ego no nos permite ser relegados a segundo plano… ¿Cómo no ponerle atención a un multigalardonado?
¿Han visto a Ramiro Agujis? ¿neta no nos da pena ser patéticos?
¿Y si en lugar de hablar del de enfrente, hiciéramos una verdadera crítica al interior? ¿qué nos falta para ser un partner de nuestros clientes? ¿qué nos puede convertir en un gremio útil al desarrollo del país?
Somos excelentes para decir que el de enfrente es un imbécil, pero no somos capaces de decir que tenemos muchos problemas de acoso sexual, venta y consumo de drogas, bajo nivel de capacitación, fraudes, corrupción, etc.
“Ahora… ¿quién es el imbécil con cara de culo?”.
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