“Los últimos cinco minutos de la serie ‘St. Elsewhere’ son el único programa de televisión de la historia. Todo lo demás es un sueño”
Gran Teoría de la Unificación, postulada por Dwayne McDuffie en slushfactory.com
La serie “St. Elsewhere” no es muy conocida fuera de los Estados Unidos. Estaba ambientada en el hospital St. Eligius, en Boston, y tuvo seis temporadas a partir de su estreno en 1982. Si bien nunca fue un gran éxito en materia de audiencia, se la considera como un programa revolucionario: mostraba situaciones dramáticas y también humorísticas en el hospital; sus historias se interconectaban y continuaban a través de varios episodios y, en algunos casos, diferentes temporadas; contaba con un enorme reparto que incluía a varios actores para nosotros casi ignotos, como William Daniels, Ed Begley Jr., Ed Flanders y Christina Pickles (que luego fue la madre de Monica y Ross Geller en “Friends”); de ese reparto también salieron futuras estrellas como Mark Harmon, Helen Hunt y Denzel Washington. La serie, que ganó un montón de Emmys, fue creada por los mismos productores de “Hill Street Blues”, un show de estructura similar pero basado en una comisaría; ambos programas se lanzaron de manera casi simultánea, pero el de los policías sí se conoció en español, con el inaceptable nombre “El Precio del Deber”, y tuvo cierta repercusión. “St. Elsewhere”, por su lado, ejerció una clara influencia sobre otras series ambientadas en hospitales, entre ellas la tremendamente popular “E.R.” y también la algo menos conocida “Chicago Hope”.
Gran parte de la leyenda de “St. Elsewhere” se debe a su capítulo final, denominado, sin mucho ingenio, “The Last One”. El episodio cerraba varias historias con cambios importantes para varios de sus personajes principales: alguno se moría, otros eran trasladados a distintos hospitales, otros volvían a St. Eligius. Casi sobre el final, se mostraba al doctor Westphall (Ed Flanders) en su oficina, acompañado por su hijo Tommy (Chad Allen). El personaje de Tommy era autista y su importancia en la serie era relativamente menor. El doctor Westphall, muy triste, mira por la ventana y advierte que está comenzando a nevar. La escena corta a una imagen exterior del hospital, en la que sigue nevando. Parecía el final de la serie; un final sereno, melancólico, conmovedor. Pero no era el final.
Porque a continuación la escena cambia. Mediante un corte brusco, ahora vemos a Tommy y a Daniel Auschlander, un médico interpretado por el veterano Norman Lloyd que había muerto en la serie unos minutos antes. Están en un departamento. Tommy está jugando con un globo de vidrio de esos que se agitan para que parezca que está nevando. En ese momento entra al departamento Donald Westphall, padre de Tommy, que en toda la serie era médico pero aquí está vestido como un obrero de la construcción. Se revela que “Auschlander” es el padre de Donald y, por lo tanto, el abuelo de Tommy. Luego de un breve comentario sobre su trabajo en un edificio, Donald le comenta a su padre que no entiende el autismo de su hijo, con quien no logra comunicarse: “Está todo el día en su propio mundo, mirando ese juguete. ¿En qué estará pensando?”. Tommy sacude el globo de nieve; su padre le dice que se prepare para cenar y deposita el globo sobre el televisor. La cámara se acerca al globo y vemos que en su interior está el hospital St. Eligius. Fin.
La interpretación más común de este final es que toda, absolutamente toda la serie “St. Elsewhere” ha tenido lugar en la mente de Tommy Westphall. Y que el chico ha usado a los miembros de su familia como personajes del programa, creado por su imaginación. Es una interpretación paradójica: por un lado es una conclusión perfectamente lógica y plausible, y por el otro es demencial. Como era de esperarse, este final dividió a los fans. Algunos afirman que es un cierre audaz y creativo, muy de acuerdo con el tono general de la serie; otros declaran que es un gran error ya que hace que las historias de los personajes ya no tengan ninguna importancia: solo las está imaginando Tommy. De cualquier modo, este capítulo final se ha convertido en un verdadero ícono de la televisión norteamericana y, como tal, ha merecido diversos homenajes en otras series. Referencias al globo de nieve han aparecido en shows como “Newsradio”, “30 Rock” (también en su último episodio), “Children’s Hospital” y “Working”, entre otros.
No fue la única consecuencia del poco ortodoxo final, ya que también, y de manera mucho más interesante, dio lugar a la Hipótesis del Universo (o Multiverso) de Tommy Westphall. Sucede que “St. Elsewhere” tenía otra característica muy especial: sus personajes solían aparecer en otras series, y los personajes de esas otras series también se presentaban en otras series; la jerga se refiere a estas presencias como “crossovers”. Otros personajes de series accedían luego a sus propios programas, en lo que se conoce como un “spin-off”; algunos de estos spin-offs fueron muy exitosos: la serie “Mork & Mindy” salió de “Happy Days”, la serie “Frasier” salió de “Cheers”; otros fueron un fracaso, como el caso de “Joey”, un show de corta vida que fue un spin-off de “Friends”. La cuestión es que este cruce de personajes, lugares, situaciones y hasta marcas, hizo que algunos lleguen a una alarmante conclusión: una fracción muy significativa de la ficción televisiva estadounidense existe solo en la mente de Tommy Westphall. Esto incluye a todos aquellos programas con conexiones directas o indirectas con “St. Elsewhere”. Entre los muchos ejemplos de estas conexiones y relaciones, están dos personajes de la serie, los doctores Roxanne Turner (Alfre Woodard) y Victor Ehrlich (Ed Begley Jr.), que aparecieron en “Homicide: Life on the Street”, programa que produjo Tom Fontana, también productor de “St. Elsewhere”. Y personajes de esta serie se trasladaron a “Law & Order” –en todas sus variantes– “The X-Files”, y muchos más. Las conexiones se extienden a las series más inusitadas; entre ellas, las celebérrimas “Friends” y “Seinfeld”. Varios médicos de “St. Elsewhere”, incluso, aparecieron en un episodio de la primera temporada de la brillante serie “Scrubs”.
La teoría fue originalmente postulada por Dwayne McDuffie, que escribió un ensayo titulado “Six Degrees of St. Elsewhere”, en referencia al popular juego “Seis Grados de Kevin Bacon”, que desafiaba a conectar al actor con otros intérpretes. El artículo de McDuffie se publicó en el sitio Slush Factory en 2002 y de inmediato provocó innumerables repercusiones. El mismo productor Tom Fontana declaró en 2003 que “alguien hizo las cuentas y parece que el 90% de la televisión norteamericana tiene lugar en la mente de Tommy Westphall. Dios lo bendiga”. Hoy existen varios sitios en Internet que contienen la lista completa de series en el “Multiverso de Tommy Westphall”; la lista se denomina “The Master List” y se actualiza constantemente. Algunos investigadores afirman que la cantidad de programas llega a 280. Otros, más exagerados, aseguran que ya son 375. Como no podía ser de otra manera, estos sitios ofrecen útiles infografías para entender perfectamente las conexiones entre las series que habitan la cabeza de Tommy.
A esta altura, toda la teoría puede parecer una pavada, y esto no es casual, ya que sin duda lo es. Sin embargo, muchos se la toman en serio. Uno de los más destacados participantes en la discusión es Brian Weatherson, un profesor de filosofía en la Universidad de Cornell que, claramente, tiene mucho tiempo libre. El hombre escribió el ensayo “Seis Objeciones a la Hipótesis Westphall”, en el que refuta los fundamentos lógicos, fácticos y filosóficos para la existencia de este universo. La quinta objeción de Weatherson suena muy razonable: sostiene que la presencia de una persona o un evento en un sueño, no significa que esa persona o evento no puedan existir en la vida real. Si alguien sueña que viaja a Miami, eso no quiere decir que Miami solo exista en la mente del soñador. Incluso si aceptamos que “St. Elsewhere” es el sueño de Westphall, esto no implica que todos sus personajes existan solo en su cerebro (de hecho, esto se prueba en la serie: los personajes también existen en la “vida real”, pero son la familia de Tommy y queda establecido que trabajan de otra cosa). De todas las objeciones de Weatherson, es la sexta y última la que resulta más inquietante. El profesor asegura que la presencia del personaje de una serie en otro programa no es suficiente para conectarlos en el mismo universo. Y lo ejemplifica con este dato: cuando Michael Bloomberg era alcalde de Nueva York, apareció en “Law & Order” haciendo de, justamente, alcalde de Nueva York. Si se acepta la lógica de la hipótesis, esto indica que la vida real también está en la mente de Tommy Westphall. Weatherson usa este ejemplo para descalificar la teoría. Para muchos (y me incluyo), su objeción no hace más que aumentar las dudas metafísicas.
El fragmento más conocido de Macbeth, la obra de William Shakespeare, dice más o menos así: “La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor que se pavonea y se agita una hora en el escenario y después no vuelve a saberse de él: es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada”.
Bárbaro. Ahora, ¿por qué ese idiota no puede ser Tommy Westphall?
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