Sucedieron muchas cosas antes de lograrlo pero al fin había llegado el momento. Era básica, monótona, corta y cursi, una vil copia de las propias de mis ídolos en turno, la única diferencia es que ésta era mía. Así podría describir a la primera canción que compuse inspirado en mis aventuras adolescentes a los 15 años, con una vieja guitarra acústica de cinco cuerdas, de las cuales yo sólo rasgueaba las últimas dos.
Era 1996 y me recuerdo encerrado en mi cuarto escuchando a Green Day, The Offspring y Nirvana, intentando sacar de oído cada canción. Cerraba los ojos y alucinaba tocar mis propias rolas y estar en una banda como esas que admiraba. Estas acciones me hacían sentir una fascinación que aumentaba y me motivaba al menos a intentarlo.
Poco tiempo después al entrar a la prepa, conocí a gente con los mismos gustos musicales que yo y no tardamos en formar una banda, sin instrumentos todavía, pero al menos con un objetivo en común: tocar. Pasados los meses, logramos reunir dinero para comprar equipo a base de rifas y venta de latas de aluminio que recolectábamos en la escuela. Invitamos a otros integrantes con mayor conocimiento musical (y guitarras propias) y compusimos más canciones, debutamos en tocadas de patio y motivados por las circunstancias hasta grabamos demos. Parecía que mi plan estaba avanzando, después de todo la motivación hacía que mi deseo persistiera.
Para el joven Will, al igual que muchos otros, sentirse motivado es fundamental para alcanzar metas. Nadie se mueve sin motivación y ésta puede definirse como el proceso que se inicia y mantiene actividades orientadas a lograr un objetivo o a satisfacer una necesidad. La motivación es el énfasis en una acción para conseguir lo que buscamos, es el movimiento que nos hace estar vivos, pero cada persona es movida por distintas fuerzas.
Decía Abraham Maslow por medio de su famosa pirámide, que la escala de las necesidades se describe en cinco niveles. Los primeros cuatro describen los déficits primordiales, que van desde comer o buscar protección hasta sentirse adaptado socialmente. Al quinto y último nivel Maslow lo define como “autorrealización” o “motivación de crecimiento”.
En la psicología, la motivación implica deseos intrínsecos o extrínsecos que nos orientan hacia fines determinados; son impulsos que mueven a las personas a llevar a cabo acciones y persistir en ellas para su culminación relacionados con la voluntad o el interés. La motivación está estrechamente relacionada con la creatividad y mí me interesaba aprender todo lo relacionado con el proceso creativo.
Recuerdo que un día mientras leía la biografía del escultor renacentista Miguel Ángel, descubrí que él encontraba su motivación al “liberar” a sus esculturas atrapadas dentro del monolito antes de esculpirlo. A través de su marro y cincel, él se encargaba de liberarlas de esa prisión, el sólo hecho de imaginarlas libres ya era motivo suficiente para culminar su obra.
Para mí, la motivación era una fuerza que alimentaba mi creatividad y a lo largo de los años, pude identificar algunos patrones que me ayudaron en mis procesos futuros. Acá les comparto algunos:
Divide el proceso en pequeñas acciones
En mi caso personal, esa canción se logró después de aprender un primer acorde, seguido de otros nuevos, agregar la melodía, escribir la letra y al final tocarla ante alguien, con todos los miedos que esto implica. Fijar tu destino pone en claro las paradas necesarias que tienes que realizar en tu camino. Completar pequeñas tareas graduales hace que el proceso sea más real y sostenible.
Trabaja por incentivos
Dicen que para viajar hace falta moverse y un lugar a dónde ir. La culminación de las tareas que realices son directamente proporcionales al deseo de lograr tu objetivo final. Busca en tu interior qué recompensa deseas y encuentra la inspiración esencial que te jale hacia ella.
Rodéate de entornos inspiradores
Contar con la compañía de personas o ambientes que te estimulen a conseguir tus metas puede ser la clave de tu éxito. Conocer los procesos de los demás estimula tu creatividad y favorece tu propio proceso al aprender de otros. Escucha a quien te alienta a seguir pero considera también las opiniones contrarias, a veces la verdad viene disfrazada de envidia.
Con esa primera canción y motivado por mi deseo de lograr algo más, visité casi todos los estados del país, conocí a muchos amigos, toqué junto a bandas que admiraba y lo más conmovedor, pude escuchar a miles de personas cantar aquellas canciones que nacieron dentro de las cuatro paredes de mi cuarto.
Así que no importa si eres músico, chef, médico, actor, ingeniero, deportista, científico o poeta, todos tenemos diferentes motivadores que cosquillean nuestro estómago e impulsan nuestras ganas de crear y aprender cosas nuevas, busca los tuyos donde sea que se encuentren. Quizá haya una idea flotando en el aire esperando a convertirse en canción y esa puede ser tu historia.
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